El cine latinoamericano indudablemente posee una riqueza digna de ser explorada. “Los Colonos” emerge como un western típico, impregnado con elementos latinos que lo transportan a los territorios de un pasado compartido por todos los países de América: una época de colonización cruel, sangrienta y sin ley.
Personalmente, quedé impresionado por la propuesta, la cual exhibe una refinada calidad cinematográfica internacional.
La dirección de Felipe Gálvez Haberle se destaca por su excelencia, mientras que la fotografía cautiva con su belleza. Cada escena es como una obra de arte al óleo, con paisajes sureños de Chile y Argentina que encierran tanta belleza como crueldad en sus tierras.
Las actuaciones, en su mayoría interpretadas por actores poco conocidos como Alfredo Castro, Camilo Arancibia, Mark Stanley, Benjamin Westfall y Marcelo Alonso, son de gran calidad y son muy destacables. La música, por otro lado, merece una mención especial, ya que complementa perfectamente las escenas con sus cuerdas graves que añaden un toque de misterio áspero.
Los dos primeros actos resultan intensos y bruscos para el espectador, llevándolo a un ritmo que no todos logran asimilar. Aunque es cierto que la película decae en el tercer acto, sigue siendo una historia interesante, abierta a diversas interpretaciones por parte del público, especialmente en su desenlace.
Sinopsis: A fines del siglo XIX las estancias ovejeras cubren cada vez más territorio en la Patagonia chilena. En 1893, Segundo, un mestizo chileno; Maclenan, un militar inglés y Bill, un mercenario estadounidense, emprenden una expedición a caballo para delimitar y reclamar las tierras que el Estado le ha otorgado a José Menéndez. Lo que parece ser una expedición administrativa, se transforma en una violenta cacería de onas, los nativos del archipiélago de Tierra del Fuego.
Tráiler: