Por: Lynda Guzmán.
Disney trae a nuevas generaciones un clásico de la animación, Pinocho, un títere de madera, que lo que quiere es ser un niño de verdad, lo cual logrará a después de una aprender a distinguir el bien del mal y ser puro de corazón, pero con esta película solo se confirma que los live action de Disney no deben continuar.
Todos conocemos la historia de Pinocho, un títere de madera elaborado por un viejito llamado Gepetto, que se siente muy solo, llega un hada que le da vida, le da un amigo llamado Pepe Grillo, que será su conciencia y le ayudará a discernir entre el bien y el mal, al final por sus buenas acciones será recompensado con ser un niño de verdad.
Esta cinta está llena de situaciones que no funcionan, para empezar, y lo que me parece lo más grave, es que todo el arco de aprendizaje de Pinocho es cambiado totalmente, en la historia original los niños entienden perfectamente por qué no debes hablar con extraños, por qué es malo mentir, por qué todo lo malo que haces te convertirá en un burro, como le pasa a los niños en la isla de las tentaciones, sin embargo, en esta versión de 2022 no pasa nada de esto.
Con esta película de Pinocho, le enseñan a los niños que las mentiras son malas pero útiles, en ocasiones, porque ayudan a Pinocho a escapar de su encierro, ya que dice un montón de mentiras para que le crezca la nariz y así conseguir la llave que abrirá la jaula en la que lo tienen atrapado. En resumen Pinocho no aprende a que no debe decir mentiras.
En la cinta de 1940, Pinocho decide ir a la isla de las tentaciones, ahora va porque la presión de grupo es muy fuerte, y esa diferencia hace un gran cambio, ya que no aprende a que las decisiones que tomas tienen consecuencias, el ser agresivo, fumar, tomar cerveza, en definitiva con ser malcriado solo conseguirá convertirse en burro, algo que no pasa en esta película.
Que en esta nueva versión sea tragado junto con Gepetto por la ballena, también hace que cambie la historia sustancialmente, ya que al no ser el que tome la decisión de ir a rescatar a su padre, como si sucede en la película original, no nos demuestra que él sin ningún interés se pondrá en peligro y que está listo para tener un corazón ya que es el amor lo que lo mueve a ir tras la ballena, este nuevo Pinocho solo tiene que ser inteligente para escapar.
El rol de Pepe Grillo nunca se sustenta en la historia, no es realmente la conciencia de Pinocho, se la pasa persiguiéndolo toda la película, los pocos momentos que pasan juntos le da uno que otro consejo, pero que no es nada memorable.
Es la primera vez que debo decir que no me gustó un papel de Tom Hanks, su Gepetto da más miedo que ternura. El Hada Azul, aparece una sola vez y no tiene esa aura de magia y calidez que si tiene la versión animada.
No entiendo que hace ese el personaje de Fabiana, una adolescente que está en un show de títeres, no aporta nada a la historia y quita tiempo de metraje para que se desarrolle el personaje de Pinocho.
Ni la dirección, los efectos especiales, que son bastante malos, se nota que Gepetto no está agarrando ningún muñeco, ni el gato, ni el pez, ni cuando aparece el hada, la isla de las tentaciones, es que no hay nada que sea mejor que la versión animada, porque con la animación se logra una expresión de los animales que el “live action” no ha podido conseguir hasta la fecha, como quedó demostrado con el Rey León.
Creo que Disney va en camino de un punto sin retorno en esta obsesión de cambiar las historias clásicas para “actualizarlas” y quedar bien con un sector de la población, deben parar ya: Aladino, el Rey León, La Bella y la Bestia y ahora Pinocho, demuestran que no están siendo bien recibidas por la mayoría del público, y La Sirenita va por el mismo camino.
Cuéntanos que te pareció esta nueva versión de Pinocho si ya tuviste la oportunidad de verla o si es una película de la cual no tienes interés, yo te recomiendo revisitar la versión animada, lo cual será una mejor inversión de tu tiempo.