La tan esperada adaptación al cine de la popular novela de Colleen Hoover, “It Ends With Us”, ha llegado a la gran pantalla, generando gran expectativa entre los fans del libro y los amantes del cine romántico. Bajo la dirección de Justin Baldoni, quien además coprotagoniza la cinta junto a la destacada Blake Lively, la película es una historia cargada de emociones intensas y decisiones difíciles.
La trama sigue a Lily Bloom (Lively), una mujer que intenta superar un pasado traumático mientras construye su vida en Boston. Al conocer al carismático neurocirujano Ryle Kincaid (Baldoni), Lily se ve atrapada en una relación que despierta tanto pasión como antiguos demonios. Con la reaparición de su primer amor, Atlas Corrigan (Brandon Sklenar), Lily se enfrenta a una encrucijada que pondrá a prueba su fortaleza interior.
Uno de los aciertos más destacados de la película es su capacidad para transmitir emociones, algo que se debe en gran parte a la dirección de Baldoni. Las escenas emotivas logran resonar con el espectador, gracias a una atmósfera que combina con acierto la fotografía y la música, creando momentos emotivos.
Sin embargo, pese a estos logros, “It Ends With Us” parece quedarse en la superficie de un mensaje que tenía el potencial de ser mucho más profundo. La historia aborda temas sociales de gran relevancia, pero lo hace de una manera que resulta demasiado idealizada, restando impacto al poderoso mensaje que intentaba transmitir. La película, en lugar de explorar la complejidad del conflicto central, opta por una visión romantizada que, aunque emotiva, no alcanza la profundidad que el tema merece.
Blake Lively, a pesar de ser el principal atractivo de la cinta, entrega una interpretación que, si bien cumple con transmitir las vivencias de su personaje, no alcanza su máximo potencial. Su actuación se sostiene, pero queda a la sombra de lo que podría haber sido una interpretación verdaderamente memorable.
“It Ends With Us” es una película que emociona y deja huella, pero que también deja una sensación de haber desperdiciado una oportunidad de profundizar en un tema que merece más. No obstante, la cinta tiene sus méritos y vale la pena verla, sobre todo para quienes buscan una experiencia cargada de sentimientos.
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