Bishal Dutta nos presenta “No lo abras”, una película que explora las complejidades del miedo a no pertenecer durante la adolescencia.
Sam, adolescente indoamericana, vive en un suburbio tranquilo con padres conservadores. Sus inseguridades culturales se agudizan debido a Tamira, ex amiga que porta un enigmático frasco de vidrio vacío. En un momento de ira, Sam rompe el frasco, liberando una antigua fuerza demoníaca que secuestra a Tamira. La trama se desarrolla con Sam siguiendo pistas de un joven vinculado a un ritual mortal, mientras una entidad demoníaca acecha, desencadenando visiones aterradoras. Sam, sus padres y una comprensiva maestra se unen para rescatar a Tamira y poner fin al terror.
Con una duración de 99 minutos “No lo abras” aborda el desafiante viaje de Samidha, enfrentando sus temores al intentar integrarse. La película utiliza elementos culturales de manera significativa, ofreciendo una perspectiva única sobre las luchas de pertenecer a dos mundos diferentes.
Aunque la trama es intrigante, se critica la falta de sutileza y la sobreexplicación, privando a la historia de generar una tensión más sutil. La trascendencia de elementos clave, como Tamira, queda desaprovechada, debilitando el impacto inicial. Sin embargo, la película destaca en la construcción de la ambientación, utilizando sombras y siluetas de manera inteligente. Megan Suri sobresale con una interpretación convincente de la angustia adolescente de Sam, y las interacciones con Neeru Bajwa, madre de Sam, aportan profundidad emocional.
A pesar de imperfecciones, “No lo abras” muestra un potencial prometedor en la filmografía de Bishal Dutta. La esperanza radica en que futuros proyectos del director aprovechen mejor sus talentos, manteniendo un equilibrio entre la tensión del género de terror y las narrativas culturales.
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