“Transformers: El Despertar de las Bestias”, dirigida por Steven Caple Jr., ofrece una experiencia llena de acción que combina aventura, ciencia ficción y comedia. Ambientada en la década de 1990, esta secuela nos sumerge en un viaje global entrelazado con tres facciones de Transformers: los Maximals, los Predacons y los Terrorcons (aunque de estos dos últimos más bien vemos una mezcla entre ambos). Junto a una arqueologa y un ex soldado, nuestros héroes se embarcan en una misión para ayudar a Optimus Prime y los Autobots a proteger la Tierra de la amenaza inminente de Unicron.
Con una duración de 127 minutos, la película nos brinda tiempo suficiente para sumergirnos en un mundo repleto de robots, extraterrestres y batallas. La dirección de Steven Caple Jr. mantiene a la audiencia entretenida, y el giro inesperado en el acto final es una agradable sorpresa. Esta película presenta un desafío significativo para mantener la continuidad de la franquicia, demostrando la ambición del equipo creativo. De lo mejor que podemos mencionar es a los Maximals y Bumblebee.
Sin embargo, la película no está exenta de defectos. En ocasiones, cae en la ridiculez y en situaciones absurdas que son comunes en el universo de Transformers. Una vez más, el elemento humano demuestra ser el eslabón más débil en la narración, a veces sintiéndose forzado o poco desarrollado.
A pesar de estas limitaciones, “Transformers: El Despertar de las Bestias” presenta momentos destacados. Los guiños a la serie animada y las referencias que evocan nostalgia son regalos genuinos para los fanáticos que crecieron con Transformers. Si bien, en nuestra opinión, no logra superar a su predecesora “Bumblebee”, que es considerada un gran reinicio de la franquicia, la película sigue siendo una adición disfrutable.
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