Por: Lynda Guzmán.
Este 25 de febrero se estrenó en la plataforma de Netflix, la serie derivada de la emblemática Vikingos, titulada Vikingos: Valhalla, ambientada 100 años después de los primeros acontecimientos, en los que encontraremos a descendientes de algunos personajes que ya conocemos, en la que veremos muchas batallas, muertes y traiciones.
Es importante resaltar que no es necesario que hayas visto la serie original, para entender esta nueva entrega, aunque si puede mejorar la experiencia. En cuanto a las escenas de acción, se queda un poco corta, las coreografías están a medio gas, pero espero que en las dos nuevas temporadas que ya están confirmadas mejoren este aspecto tan característico de este género.
En cuanto a los personajes, no encontramos a ninguno que proyecte tanto como Ragnar, Lagertha o Rolo, por mencionar algunos, estos nuevos protagonistas tienen otro camino que recorrer, me pregunto que sin el apoyo de la serie anterior estos vikingos hubieran permeado tanto como lo hicieron sus predecesores.
La historia es bastante básica, el rey Etelredo, manda a eliminar a toda la colonia vikinga de Inglaterra el día de San Bricio, al enterarse los vikingos, se reúnen en Kategatt para salir en busca de venganza, esto da pie a una serie de alianzas y traiciones que darán giros interesantes a la historia. La trama secundaria viene a cargo de Freidis y su hermano Leif, que llegan a Kategatt desde Groenlandia para vengar la violación que sufrió Freidis algunos años atrás.
Otro giro de la historia se encuentra en la división de los vikingos, ya que algunos respetan las antiguas costumbres y sus dioses, mientras que otra parte son cristianos, el fanatismo religioso añade bastantes dificultades entre los clanes.
Algunos de sus personajes son bastante interesantes, como la reina Emma de Normandía, descendiente de Brolo y una excelente estratega, me encantó su personaje, fuerte, decidido y con el control de sus emociones. Por otra parte está el rey Canuto de Dinamarca, un hombre astuto, honorable y ciertamente justo, para los estándares vikingos.
Del trío protagonista me gustó mucho Harald, un vikingo cristiano, que espera suceder a su hermano como rey de Noruega algún día, un excelente peleador, cuyo interés romántico es Freidis, una mujer feroz y que ama las antiguas tradiciones vikingas, no me agradó mucho su personaje y además se convierte convenientemente rápido en doncella escudera, ellos dos no tienen tanta química, espero que mejores en las próximas temporadas. Leif por su parte es un estupendo navegante, luchador y estratega que es pieza importante en ciertas batallas, empieza a tener dudas sobre lo que conoce y la religión cristiana, veremos que giro tiene su trama tras el final de temporada.
Entre los personajes más detestables podemos destacar al príncipe Edmundo de Ingleterra, pasa de ser un adolescente que no se tiene confianza, a un caprichoso y sobre todo impulsivo rey, que es odioso de principio a fin. Como siempre debemos tener a esa persona que navega entre sus intereses y siempre sale bien parado, es este caso es Godwin, que pone su fidelidad al mejor postor.
Lamentablemente la serie tiene muchas situaciones que no se pueden entender, como que algunos viajes tomen días o semanas de ida, pero el regreso es inmediato, personajes que se encuentran en un sitio y de la nada aparecen a miles de kilómetros, bastantes conveniencias y personajes que importantes que simplemente yo no los volvimos a ver y sus tramas quedaron inconclusas.
A pesar de todo ello, esta serie es bastante fácil de ver porque es territorio conocido, aunque con grandes diferencias, como la división de la religión y lo que se prevé, será el inicio del fin de los vikingos como tal. Durante los capítulos, estás lo suficientemente enganchado, para no darte cuenta cuándo has llegado al gran final, que quedó bastante abierto.
Cuéntanos si es que ya viste esta serie, que tal te pareció a ti, te gustó, no te gustó o superó tus expectativas, ya que tus comentarios siempre son importantes para nosotros.
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