Por: Lynda Guzmán.
En Netflix podemos disfrutar una serie documental, de la familia Romanov y la caída del poderoso imperio ruso, el cual gobernaban por poco más de 300 años.
La mezcla entre una serie, en la que nos presentan los hechos y las decisiones que llevan a la muerte de la familia imperial y el relato de expertos e historiadores es muy entretenida, claro no sabes que tan cerca de la realidad están las situaciones narradas, pero nos quedamos con una idea de lo que pudo pasar.
Los personajes principales, el Zar Nicolás II y la Zarina Alexandra, nos llevan de la mano, para entender su comportamiento, las presiones y las dificultades personales por lo cual tomaron decisiones poco afortunadas, que provocarían no solo su brutal asesinato y el de sus cinco hijos, sino el declive del imperio ruso.
Una historia que ha fascinado a generaciones ha sido la de Rasputín, un granjero que se vuelve indispensable por los zares, al que se le han dedicado cientos de libros, películas y hasta algunas canciones, este “hombre de Dios” se vuelve un ser entre las sombras, manipulando y aprovechándose del poder que ejerce sobre los zares.
Rasputín se aprovecha de una de las debilidades de los zares, su hijo Aleksei, el heredero del imperio que nace con hemofilia, su miedo a perderlo y a que las personas se enteren que está gravemente enfermo, los hará tomar decisiones desafortunadas, que se vuelven como una bola de nieve imparable. Su fin trágico y el de sus hijos es una de las historias más tristes del siglo recién pasado.
Definitivamente es una serie que te engancha desde el primer momento, sobre todo por las excelentes interpretaciones de cada uno de los personajes. Esa dualidad de formato es muy interesante, hace que quieras saber más y realmente te importan cada uno de los miembros de la familia Romanov, por eso hace que cada vez que hay una mala decisión te pese más saber el desenlace.
Si te gusta la historia esta es una magnífica serie, si ya tuviste la oportunidad de verla, cuéntanos que personaje es el que más te impresionó.