“La diplomática”: novela, comedia o thriller político

La Diplomática. Netflix.
La Diplomática. Netflix.

Por: Lynda Guzmán.

También te puede interesar

La diplomática, es la nueva serie de Netflix, vendida como un thriller político pero que se parece más a una novela o comedia romántica. La historia inicia con un evento que podría derivar en una crisis internacional de grandes proporciones, para evitarlo una diplomática debe conjugar su nuevo trabajo como embajadora en el Reino Unido y su complicado matrimonio con un ex embajador que podría hacerle sombra.

Kate Wyler, estrena puesto como embajadora tras la explosión de un porta aviones de Gran Bretaña, lo que no sabe es que, además, es considerada para el cargo de Vicepresidente de los Estados Unidos de América. Kate es una mujer inteligente, astuta y experta en resolución de conflictos.

La Diplomática. Netflix.
La Diplomática. Netflix.

Hasta aquí podríamos decir que es un thriller político, ya que Kate no está convencida de las pruebas que apuntan directamente hacia Rusia, mientras los líderes políticos piensan en tomar medidas drásticas, ella quiere estar completamente segura de la identidad del autor, ya que un conflicto de tal magnitud afectaría a todo el mundo. 

La parte de la novela o comedia romántica, parte del triángulo amoroso en la que se envuelve Kate, con la atracción hacia un ministro británico, quién será su aliado para evitar esta crisis geopolítica; esto le traerá confusión a la ya de por sí complicada situación con su esposo, Hal Wyler, poco acostumbrado a estar a un lado; tratando de ayudar a Kate se mete en problemas, lo que la lleva a pensar que su marido está buscando una ventaja política. Como pareja está en un proceso de divorcio, aunque ella por momentos odia a Hal, en otros lo necesita y finalmente reconoce que aún siguen siendo una buena pareja.

La Diplomática. Netflix.
La Diplomática. Netflix.

Lamentablemente la serie se queda a medias, no logra ser un thriller bien cimentado, aunque la idea era buena, el suspenso queda desdibujado por las situaciones cómicas que en esas altas esferas no llegan a ser verosímiles, no se puede creer que una mujer considerada para ocupar uno de los más altos puestos políticos de un país, no respete el protocolo y parezca poco capaz de prever lo que va a pasar con cada decisión que toma, debería ser como un Francis Underwood (House of cards), sin la maldad y cinismo, pero se queda como una diplomática novata. 

Con actores de calidad, una historia predecible y un final que deja varias preguntas en el tintero, quedan las puertas abiertas para una segunda temporada. Estos ochos capítulos quedan justo en el medio de la balanza, no es terrible pero tampoco espero una nueva entrega con ansias.

Tráiler:

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *