Por: Lynda Guzmán.
Netflix nos trajo la cuarta y última temporada de su exitosa serie animada Mundo Jurásico: Campamento Cretácico, con ocho episodios, en los que nos reencontramos con Darius, Brooklin, Kenji, Jaz, Ben y Sammy, escapando finalmente de la Isla Nublar, solo para llegar a otra isla, llena de nuevos peligros y secretos.
En esta última temporada, se desarrollaron más los personajes y la interacción entre cada uno de ellos, ya no eran los mismos niños que se quedaron varados y tratando de sobrevivir en una isla llena de dinosaurios, sino que maduraron para convertirse en jóvenes fuertes, independientes y lo suficientemente valientes para luchar por sus ideales.
Esta temporada sirvió para ver el crecimiento de todos, pero en especial de Kenji, que tuvo que anteponer los intereses personales, en la búsqueda del bien de sus amigos, los dinosaurios y la justicia, su arco me encantó, ya que poco quedó de ese niño egoísta para convertirse en alguien que capaz de sacrificarse por los demás.
La develación del villano, era predecible pero fue bien manejado, supuso un reto para el grupo, ya que realizaron una serie de acciones para proteger a los dinosaurios, que tuvieron la presencia necesaria, dieron miedo y ternura a la vez.
Su rescate, el reencuentro con sus familias y en donde quedaron cada uno de ellos recompensó el viaje que realizamos junto a estos personajes, a pesar de una inclusión forzada en los últimos capítulos, me pareció un digno final para una serie animada que me atrapó desde el inicio.
En teoría esta será la última temporada de esta serie, aunque quedó con un final bastante abierto que puede dar paso al abordaje de otra etapa de la vida de estos adolescentes.
En resumen, fue una serie sumamente entretenida, divertida, con acción y drama y sobre todo con muchos dinosaurios, como era de esperarse.