Por: Lynda Guzmán.
Desde Islandia, Netflix nos presenta su nueva serie, Katla, que nos cuenta la historia de un pequeño pueblo, o lo que queda de él, tras la erupción de un volcán, y en el que empiezan a aparecer “dobles” de quienes que todavía habitan la zona o algunos incluso algunas personas regresan de la muerte.
Lo interesante de la historia es que cualquiera es susceptible de tener un doble o que regrese un ser querido, seas o no del pueblo. Al contrario de muchas series o películas en las que aparece un “Doppelgänger” que puede ser fantasmagórico o la versión mala de la persona, en este caso es más un recuerdo del ser querido, que viene a ayudarte a curar ciertos traumas o a despedirte en caso no hayas tenido la oportunidad.
Cada persona que va apareciendo cubierto de ceniza, es un misterio que te van desvelando de manera concreta y orgánica, el manejo sus historias es tan diferente y van desentrañando temas que la mayoría prefería que se quedaran bajo las cenizas del volcán.
Grima la protagonista de esta primera temporada, ya que al momento no han anunciado la renovación para una segunda entrega, encuentra a su hermana Asa, perdida hace un año, al inicio está feliz de reencontrarse con ella, para luego descubrir que no es la misma persona que recordaba, al punto de empezar a tener miedo de ella. La historia de Grima se retuerce más cuando descubre una doble de ella misma, una versión mucho más feliz, dinámica y extrovertida, como ella fue alguna vez, versión que parece gustarle más a su esposo.
Otro de los familiares de Grima, debe lidiar con el regreso de Gunhild, su amor de juventud, que tiene 20 años menos como la última vez que la vio, con la que cree que tiene una nueva oportunidad ahora que es viudo, además, también re aparecerá en su vida la Gunhild verdadera, removiendo secretos del pasado y del presente.
La otra gran historia, es la de Darri, un experto en volcanes que llega al pueblo a estudiar al coloso, un hombre que repentinamente tiene frente a él a su hijo de nueve años, que murió tres años atrás, Darri a diferencia de Grima sabe desde un principio que ese niño no es su hijo, le tiene miedo y trata de esconderlo, cuando su exesposa llega al pueblo, tendrá con lidiar con varios problemas, pero sobre todo con este niño macabro y retorcido, el fin de esta historia es la fuerte y desgarradora de la serie.
En resumen la historia, el ambiente creado, la fotografía y el suspenso que se maneja es brillante, por eso el final del octavo episodio es sencillamente estremecedor, te deja con ganas de saber más y deja abierta la puerta para una segunda temporada, que espero se realice, porque esta es una de esas series que si valen la pena.
Cuéntanos que te pareció esta serie si ya tuviste la oportunidad de ver y que esperas de una probable segunda temporada.